Para lo que viene siendo habitual, los primeros anales de Jillian Janson no tuvieron mucha pompa ni se generó alrededor ningún tipo expectación artificial, ni tampoco era pareció darle demasiada importancia. Eso tiene un motivo claro: Jillian es de una generación de mujeres para las que el sexo anal ya no es una perversión inconfesable, una práctica desviada que solo se prueba una vez o un tabú entre las sábanas. Para ella dejarse follar el culo es tan natural como una felación o un cunilingus o un lengüetazo en el pezón, solo una posibilidad más en la batalla sexual, una herramienta de placer entre tantas. Por eso hoy recopilamos tres de sus últimos trabajos donde la risueña jovencita hace del anal su pasatiempo de cabecera.
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