En la industria del porno nos suele sorprender el nivel de perversión y atrevimiento que tienen algunas actrices con una apariencia cándida e inocente, las cuales no nos invita a pensar—en principio— que tienen una voracidad sexual tan acentuada. Desde nuestra óptica, podríamos incluir en ese rubro de actrices porno a la joven californiana Liz Jordan, una chica de apariencia extremadamente dulce, pero que no elude las variantes hardcoretas de este negocio, como, por ejemplo, someterse a un exigente envite sexual con el depravado negro que regenta el sello Dick Drainers. Observando la progresión de la susodicha, creemos que solo es cuestión de tiempo que se estrene en el arte de las dobles perforaciones.
True Anal
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