Whitney Wright

En una de sus entrevistas Whitney Wright manifestó que durante toda su vida ha ido tomando decisiones impulsivas sin pensar en las consecuencias, y que, por lo general, le ha ido bastante bien. Por ejemplo, comenzó a trabajar de stripper de un modo totalmente improvisado: una noche acompañó a un amigo a un club y se tomó unos cuantos margaritas. Algunas de las strippers habituales le dijeron que era una chica muy sexy y que debería bailar. Entonces fue por unos zapatos extras que tenía en el coche y, ni corta ni perezosa, se puso a bailar ligera de ropa en el escenario. Los margaritas le habían hecho efecto y se cayó mientras bailaba. Pese a todo, una de las gerentes del club de striptease le dijo que le gustaba mucho su estilo y le ofreció trabajo. Whitney dijo que sí sin pensarlo y esa fue su primera incursión en la industria del entretenimiento para adultos. Pero retrocedamos un poco más en el tiempo.

Whitney nació y creció en un pequeño pueblo de Oklahoma y asistió durante su juventud a un colegio católico privado. Al terminar la escuela secundaria, ingresó en la universidad para estudiar enfermería durante dos años, pero tras ese periodo decidió que no quería ejercer esa profesión durante toda su vida. Un día se topó con un artículo de la revista Cosmopolitan, en el que se detallaba los inicios de una universitaria en el mundo del porno y lo lucrativo que le resultó económicamente Fue así como pensó que el porno podría ser una buena idea y comenzó a enviar fotos a distintas agencias. Al poco tiempo (2016) ya estaba rodando escenas ardientes, debutando con 25 años.

A Whitney no le ha ido nada mal en el negocio pornográfico. En 2018 fue nominada como la «Mejor actriz revelación» en los premios AVN y XBIZ, los más prestigiosos de la industria. Al contrario de otras actrices, su ritmo de trabajo ha ido creciendo cada año, y durante el 2019 grabó la friolera de 173 escenas, de las cuales 41 fueron de sexo anal, todo un récord.