Prenda atemporal donde las haya, la fiebre de los leggings ajustados entre las chicas es cada vez mayor, y trasciende más allá de los gimnasios. Lo que no sabemos es si las chicas son conscientes de las fantasías que provocan yendo ataviadas de tal guisa. En este caso, un padrastro no pudo resistirse al contemplar a su hija con unas mallas grises y se la pasó por la piedra sin miramientos.