La única vez que publicamos una escena de The Art of Sex no fueron pocos los que criticaron una propuesta, que allá por 2008, era del todo innovadora. Ver a una pareja haciendo el amor no era exactamente lo que buscaba el pornófilo común: «El porno es cine, y como tal es una ilusión; básicamente distorsiona la realidad y da al espectador lo que quiere. Es puro entretenimiento y es con esa filosofía con la que se hacen determinadas producciones». Hoy me gustaría proponer una segunda escena de la seminal película de Viv Thomas con Leanna Sweet y James Brossman, aunque esto implique un nuevo alud de detractores (y seguidores) del llamado porno suave.
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