Por algún motivo en el porno los besos son una cuestión un poco tabú: hay multitud de escenas en las que se puede ver claramente que un acto tan natural en el sexo es una línea roja para muchas profesionales, y aunque hay otras que por costumbre o por química con el actor en cuestión suelen besar en la boca sin problema, en muchas otras el contacto boca a boca es completamente nulo o solo testimonial, con roces de lengua y una clara tensión que indica que se está bordeando un límite personal.
Solo así se entiende que el beso pueda convertirse en un fetiche, y el porno brasileño está bastante habituado a explotar todos y cada uno de los nichos especializados en la práctica sexual, así que el morreo apasionado no se le escapa. Fijaos como algo tan costumbrista como podría ser una mujer masturbando a un hombre mientras no dejan de besarse es algo prácticamente inédito en el porno que solo encuentra respuesta en el trabajo de gente como la voluptuosa Cibele Mancini, una mujer que lo da todo.
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