En la película Lars y una chica de verdad, un tímido Ryan Gosling se compraba una lovedoll (esos maniquíes realistas pensados para follárselos, la next-gen de las muñecas hinchables) y la trataba como si fuese una novia real. Se la presentaba a su familia, la llevaba a cenar, dormía con ella… En este microrrelato porno Danny Dong parece una versión más gamberra de aquel Lars, pero la divina providencia transforma a un maniquí voluptuoso en una todavía más voluptuosa británicaEmma Leigh, cuya primera aparición orgasmátrica nos llena de dicha.
Danny Dong y una chica de verdad
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