De nacionalidad francesa, pero de origen ruso (San Petesburgo, 1989), Anna Polina es una pornstar veterana que mejora con los años con los buenos vinos, con un nivel notable tanto de belleza con de desempeño sexual. Repasando sus declaraciones en diferentes medios de la prensa especializada francesa, hemos descubierto que su larga trayectoria en la industria se debe a que nunca ha tenido la intención de dejar el porno, ya que se siente bien con lo que hace. Afirma que es un como un microcosmos con personas extraordinarias. En su día firmó un contrato con Marc Dorcel que le permitió profesionalizarse y aprender muchas claves para labrarse una larga carrera pornográfica. Dice no haber sufrido nunca una mala experiencia, solo días un poco más difíciles, pero si los compara con una vida convencional, con horarios y presiones de un jefe, se siente libre y afortunada. Finalmente, pese a que no hace mucho nos referimos a un caso controvertido dentro del porno como el de James Deen, la ruso-francesa manifiesta que la pornografía es uno de los entorno menos misóginos en los que ha estado en su vida. Interesante, al menos, este punto de vista, muy lejano a la percepción general que se tiene de este mundillo.
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