Se retiró este mismo año y no hay pornófilo mínimamente informado que no la eche de menos cada noche solitaria ante el ordenador. Las artificiales pero armoniosas formas de Kylee Strutt, junto a su rostro de jovencita caprichosa, su voz aniñada y su descomunal sed de sexo la convirtieron en una de esas estrellas fugaces que a menudo intentamos reivindicar para que no caigan en el olvido. Así que hoy, en homenaje a la despampanante Kylee, otra de sus escasas escenas para Brazzers junto a un Mark Wood que, a juzgar por lo colorado que se pone, lo suyo debió de costarle aguantarse hasta el money shot.
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