No hay más que leer nuestras noticias o vuestros comentarios para confirmar que la imagen que tenemos de nuestras pornstars para darse cuenta que tenemos una imagen muy concreta de ellas: todas drogadictas, con problemas de autoestima y algún que otro trauma de infancia provocado por abusos o semejantes. Parece ser que nada más lejos de la realidad, y al menos las chicas del Valle de San Fernando, viven bastante contentas.
El estudio ha sido realizado por la Universidad de Texas, y es lo suficientemente amplio y prolongado para que le podamos dar credibilidad: 177 chicas formaron parte de él. Entre sus autores, además de personal de la propia universidad, está la ex-actriz Sharon Mitchell, que lleva desde hace años la clínica donde se hacían análisis la mayoría de profesionales.
Lo cierto es que nuestra chicas (al menos las americanas) sí que son un poquillo ligeras de cascos. La media a la que pierden la virginidad es inferior al de las chica de fuera de la industria (16 años), y suelen haber tenido un mayor número de parejas sexuales. Eso sí: un 56% tienen pareja estable o están casadas, ya sea dentro de la industria o fuera de ella.
En cuanto a su vida sexual propiamente dicha, el 70% afirmaba disfrutar del sexo, aunque solo un 30% se declaraba satisfecha. Y es que ya se sabe que aunque trabajes en lo que te gusta… sigue siendo trabajo. Eso sí: en general, las chicas que se dedican al porno duermen mejor y tienen más energía que las chicas normales.
Pero claro está que no todo iba a ser positivo. De hecho, está confirmadísimo algo que siempre hemos comentado: el porcentaje de consumidores de droga, y la frecuencia del consumo es bastante más alto que entre las chicas que se dedican al porno que entre las que no. Han detectado entre muchas de ellas un perfil de «persona que necesita llamar la atención», que casa con este estilo de vida, está claro.
En general, parece que las chicas del porno tienen la autoestima bien alta, o al menos más que las «civiles». ¡Ah! Y todo parece indicar que en un 90%, estas no han sufrido ningún tipo de acoso o abuso de menor, otro tópico que nos cansamos de escuchar. Está claro que sus razones para entrar en la industria son otras.
Otra justificación que muchos usan para ocultar que les molesta ver mujeres haciendo sexo no monógamo y no convencional. En fin, que no es tan fiero el león como lo pinta y aunque aquí no dejamos de tratar casos de una degeneración tremenda, esperamos que a todas les vaya lo mejor posible en los 3.5 años que promedian trabajando.
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