Hay un tipo norteamericano llamado Brian Crabtree que se apoda HunkHands y que parece haber encontrado un nicho de mercado la mar de específico: el tío vive en Singapur y se dedica a ejercer de algo así como un coach sexual especializado en clientes asiáticos que han perdido la confianza en sí mismos. Su estrategia consiste en algo que en teoría con un poco de práctica todo el mundo podría lograr: alcanzar una habilidad en la masturbación femenina que no tenga rival, una capacidad apabullante de generar placer con sus manos y de hacer alcanzar orgasmos insoportables en pocos minutos, e incluso lograr que la masturbada en cuestión lance chorros de squirt aunque no suela sucederle.
HunkHands se publicita además con unos vídeos muy originales: engancha una cámara Go Pro a su antebrazo y nos permite ver el proceso en primerísimo plano, a menudo ocultando la identidad de las masturbadas. En algunos vídeos se aventura a decir que a veces son las mujeres quienes le pagan a él por hacerles alcanzar cotas de placer inusitadas, pero ahí hay que confiar en su palabra. En todo caso, está claro que el amigo Brian ha dado con una buen recurso para sanear las relaciones y dar una buena primera impresión en la cama: dejarla más satisfecha de lo que podría imaginar.
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