Entre 2013 y 2015 la voluptuosa Leya Falcon rodó tres escenas, una por año, con la productora de porno interracial Dogfart. Su regularidad esa intachable, y un último polvo en 2016 marcó el inicio un largo período sin relación entre ambos, un vínculo que parecía haberse roto justo cuando la compañía está consiguiendo más atención y, probablemente, más dinero para hacer mejores escenas. Por suerte, ha habido un nuevo acercamiento: hace unos días pudimos ver a Leya, ya con sus treinta años cumplidos y un curioso look noventero a base de trenzas africanas, rendir aún más tributo al continente negro en un blowbang en el que acabó con la cara como un muñeco de cera al sol.
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