En la mejor tradición noventera europea, en aquella época en que el porno francés e italano especialmente invertían dinerales en la producción de cintas cuanto más lujosas y rimbombantes mejor y las mujeres que contrataban eran de una perfección intachable, como verdaderas supermodelos de elegancia y liviandad casi extraterrenal; en esa tradición, decía, se enmarca el físico y la forma de trabajar de Lilu Moon. Este año nadie ha querido reconocer sus méritos en los AVN, ni en los XBIZ, ni tampoco en los XBIZ Europa, así que desde aquí queremos reivindicar su esbelta figura y su refinadísima belleza (con 35 años ya cumplidos, por cierto) con un pequeño surtido de sus trabajos para 21 Sextury, una productora a la que se le da especialmente bien retratar su enorme talento.
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