La última escena de Blacked, con la que parece que el sello decano de VMG ha tirado la casa por la ventana, nos evoca a una estupenda huerta con melones y nabos en su máximo esplendor. Y es que, como en sus mejores tiempos, dicho sello ha reunido a tres imponentes tetonas (especialmente dos de ellas), como Kendra Sunderland, Angel Youngs y Angie Faith, que se caracterizan por su generosidad mamaria; y seis fornidos actores afro con sus herramientas preparadas: Troy Francisco, Jax Slayher, Isiah Maxwell, Chocolate Rod, Hollywood Cash y Sly Diggler.
En primer lugar, señalar que el elenco hubiera sido redondo si la tercera en discordia hubiera sido Blake Blossom y no Angie Faith, menos llamativa físicamente a nuestro juicio. De cualquier modo, este encuentro sexual evoca a las mejores épocas del grupo Vixen, pero con la pega expuesta, sin sexo anal y con demasiado protagonismo por parte Kendra Sunderland (casi siempre aparece en el centro de la pantalla) en detrimento de Angel Youngs, una mujer que la supera con creces en belleza y, sobre todo, en desempeño sexual, aunque en esta escena no se le ha sacado el suficiente partido.
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