Lisa Ann, una verdadera institución de la industria pornográfica estadounidense, habla de la década de los 90 con cierta nostalgia, subrayando que no eran tantas las chicas que optaban por ganarse la vida de ese modo, por lo que las productoras trataban con más respeto y mayores atenciones a las actrices porno.
Recordemos que Lisa se inició en el oficio en 1994 y se retiró, tras varias idas y venidas, en el 2019, por lo que ha vivido en primera persona muchas de las transformaciones que ha experimentado la industria.
A ella, desde luego, no le fue nada mal, excepto cuando el sida azotó al negocio y a la sociedad en general, por lo que decidió retirarse (1997) y recorrer Estados Unidos trabajando como estríper. Después se casó y regentó un balneario, pero terminó divorciada y vendiendo dicho negocio. Fue entonces cuando decidió volver al porno como agente, pero poco después, en el 2004, se colocó de nuevo los ligueros y retomó su faceta de actriz.
Son innumerables sus títulos a lo largo de su carrera, pero uno de los que logró una mayor repercusión, llegando a ser considerada una de las películas porno más populares de la historia, fue Who’s Bailing Paylin (2008), que tuvo numerosas secuelas posteriores gracias a su gran éxito. Se trata de una parodia porno sobre Serra Paylin, la candidata republicana a la vicepresidencia del año 2008, papel que la encumbró como la MILF más deseada, y que en su época provocó oleadas de onanismo exacerbado entre espectadores de todo el mundo. A día de hoy Lisa Ann sigue afirmando que sigue siendo la película favorita —y la mejor— de todas las que ha rodado.
En el año 2014, Lisa Ann anunció que dejaba de nuevo su faceta como actriz porno. Se redujo un poco los senos y comenzó a dirigir sus propias películas y a impulsar a nuevos talentos, además de ejercer como periodista deportiva. Aunque en 2018 volvió a ponerse delante de los focos, pero ya bajo sus propias condiciones, algo que se había ganado a pulso. Recordemos en primer lugar su película más famosa (íntegra) , así como otras escenas ardientes en las que se somete a intensas prospecciones por cada uno de sus orificios.
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