La breve y truncada vida de la estrella del porno Savannah, mito erótico a principios de los noventa (1990-1994), fue un ascenso a la fama y un descenso al infierno que acabó de forma muy trágica como ya sabrán los aficionados. Su infancia, marcada por su belleza desde una edad muy temprana, tampoco fue un camino de rosas: su padre era un cartero que, al mismo tiempo que sacudía su guitarra emulando a sus bandas favoritas, maltrataba con asiduidad a la madre de Shannon Michelle Wilsey, verdadero nombre de Savannah. Ese fue el principal motivo por el que sus progenitores se separaron, quedando de ese modo la familia desestructurada, algo que posiblemente marcó el devenir de nuestra protagonista de hoy.
Después de una etapa promiscua como animadora en la escuela secundaria, Savannah empezó a posar como modelo en revistas como Swank, Hustler, Cheri y Penthouse; y posteriormente, ya convertida en actriz porno, firmó un contrato en exclusiva en 1991 con Vivid Entertainment, lo que hizo que su carrera como estrella del porno despegase. Su consolidación en la industria no hizo más que alimentar su faceta autodestructiva, y el consumo de drogas y el despilfarro económico estaban presentes en su día a día. También se convirtió en una especie de groupie de las bandas de rock más exitosas de la época, con una larga lista de conquistas encabezada por músicos muy populares como Axel Rose, Slash, Vincen Neil, Billy Idol o David Lee Roth.
No era de las actrices de su época más atrevidas en cuestiones sexuales, pero su llamativa melena rubia, su belleza y sus grandes pechos le permitieron ser uno de los rostros más visibles de la industria, donde reinaba por entonces el formato en VHS. No obstante, su modo de vida hizo que fuera una mujer errática e indisciplinada en el trabajo, lo que supuso que su agencia rompiera con ella en 1993. Así que la última etapa de su carrera en el porno se caracterizó por su participación en producciones porno de bajo presupuesto, intentando sacar rédito a una fama venida a menos.
Durante una fatídica madrugada de 1994, Savannah conducía ebria con un amigo tras una fiesta nocturna. Muy cerca de su casa Savannah perdió el control de su Corvette y colisionó con una valla, lo que le provocó que se rompiera la nariz y sufriera numerosas heridas en su rostro. Horas después fue encontrada en su casa con un tiro en la cabeza, aunque aún respiraba. Tras cerca de nueve horas en estado de coma, el aliento de Savannah se apagó definitivamente. Poco después se dijo que padecía una fuerte depresión debido a las drogas, los problemas económicos y los desengaños de pareja.
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