Como hemos dicho en ocasiones anteriores, con Mona Azar no hay artificio, ni trampa ni cartón, lo que ves es lo que hay. Un cóctel explosivo de lujuria y abundancia física que se hace notar cada vez que acude a un set de rodaje. Lo que distingue a la señorita Azar de muchas de sus compañeras de gremio es que los tuneados y la fiebre del gym no va con ella, sino que la naturalidad es una de sus premisas, con las imperfecciones propias de las mujeres reales, sin filtros, las que nos encontramos todos los días, aunque en el caso de Mona, parece que su vigor sexual está por encima de la media. Esta escena POV da buena cuenta de lo dicho.
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