Hay un detalle curioso en esta corriente de porno con hermanastros, padrastros y madrastras que parece haber saltado del inconsciente inconfesable y el complejo freudiano a las pantallas de ordenadores y móviles en forma de sexo filmado que se dedica precisamente a tocar esas teclas, a manosear el tabú no sin cierta prudencia: el parentesco consanguíneo es, al parecer, totalmente sagrado. El detalle del que hablo es que casi todas las familias disfuncionales de ese porno son blancas. Quizá en alguna el hijastro es un fornido mulato o la madrastra es una MILF asiática, pero rara vez la familia es totalmente de otra etnia.
En Bangbros publicaron hace poco este pornoincesto de hermanastros con chantaje y soborno sexual que tiene dos protagonistas negros, dos jóvenes afro, que es una combinación casi insólita y que viene, afortunadamente, a expandir un poco más esos límites absurdos. Con ustedes: Noemie Bilas y Lil D.
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