La one hit wonder que os traemos hoy no tiene nada de convencional: no lo es por haber brillado especialmente en su corta carrera como actriz porno (que fue un rotundo fracaso, es justo decirlo) o porque tuviese un físico capaz de nublarnos el juicio (era guapa y tenía un cuerpazo, pero nada como para arrancarse la cara de puro gozo), sino por sus antecedentes. Kelli McCarty fue Miss USA en 1991 y desde entonces no cejó en su empeño por convertirse en actriz. Empezó con buen pie, con colaboraciones en serie de televisión como Beverly Hills 90210 o Melrose Place, y luego la cuesta abajo la llevó a culebrones de baja estofa, películas para la televisión y finalmente películas de erotismo softcore. La anomalía se dió en 2008, cuando Vivid le tiró la caña para ver si quería rodar porno y Kelli aceptó más por ganar publicidad que otra cosa. La única película porno de su carrera se tituló muy apropiadamente Faithless y en ella echó un par de polvos tan históricos como olvidables.
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