Hasta hace bien poco parecía una quimera y solo gracias a un puñado de osados emprendedores, el porno creado para la realidad virtual es una realidad comercial. Virtual Real Porn fue la primera empresa del mundo en aunar la tecnología VR con el porno y convertir la fantasía que muchos llevaban décadas pidiéndole a la ciencia en una realidad. La idea es tan sencilla como dejar de lado la pantalla, ponerse unas gafas Oculus Rift (o las Samsung Gear VR, o las Google Cardboard) y usar un poco la imaginación. El resto lo pone Virtual Real Porn, esto es, películas porno rodadas con cámaras de 180 y 360 grados con sonido binaural y las mejores estrellas del porno nacional: Carolina Abril, Alexa Tomás, Carly Rae, Amber Nevada, Amarna Miller y el polludo Chris Diamond, entre otros.

El porno del futuro viene para quedarse y se llama Virtual Real Porn. Date de alta, ponte las gafas y disfruta del porno como nunca antes.

El procentaje es 90%

Calidad de los videos

El procentaje es 100%

Diseño y usabilidad

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Velocidad de descarga

El procentaje es 90%

Relación calidad / precio
HD

El procentaje es 85%

Puntuación total

Nuestra opinión

Dicen que la aportación más importante de España al mundo de las invenciones fue el submarino. Quizá los zaragozanos de Virtual Real Porn no hayan inventado nada, pero desde luego sí son los pioneros absolutos de lo que para muchos es ya el futuro inminente del entretenimiento inmersivo para adultos: los vídeos para la realidad virtual. Y lo mejor es que esta gente no solo ha sumado dos y dos, sino que han sabido rodearse de una nueva generación de profesionales del porno español, gente joven, habituada a las nuevas tecnologías y con cierta visión comercial y publicitaria. El resultado parece insólito: que la primera productora especializada en porno virtual sea también la mejor no es algo que se consiga sin mucho trabajo y muy buen criterio.

Obviamente todas las escenas de Virtual Real Porn deben considerarse una variante extrema del POV, así que la variedad en las escenas está algo limitada por definición. Eso sí, dentro de su nicho, el catálogo de vídeos que ofrecen es razonablemente diverso: desde softcore para enseñarle el invento a la familia sin incomodarles más de la cuenta hasta gangbangs inversos, pasando por sexo anal, dominación moderada y lésbicos. O lo que ellos llaman lésbicos, que en realidad suelen ser tríos MHM. En este sentido se echa en falta, quizá, variantes más extremas (y un vídeo con meadas y poco más) y más material pensado para mujeres: en el momento de escribir esta reseña solo hay media docena de escenas en las que tomamos el punto de vista de una mujer, y solo una de ellas en un lésbico; las espectadoras potenciales solo contarán con un puñado de vídeos en los que un hombre se las folle o les coma el coño.

La plantilla de starlets del site da evidente prioridad al género nacional con damas de alta gradación pornográfica como Amarna Miller, Irina Vega, Alexa Tomas, Onix Babe o Carolina Abril, pero también dando cada vez mayor entrada a la importación europea con talentos del máximo nivel como Anissa Kate, Misha Cross, Jasmine Jae o Tiffany Doll.

Quizá lo mejor de Virtual Real Porn es que se nota que quien la ha desarrollado es también alguien muy interesado en disfrutar del nuevo nicho, de modo que la ordenación del contenido y las posibilidades de dar con vídeos utilizando filtros es, nos atrevemos a afirmar, de lo mejor que hemos visto en portales de escenas porno. Las etiquetas son exhaustivas en tipos de escenas, géneros, subgéneros, fetiches o prácticas sexuales, y hasta nos permiten filtrar vídeos según el actor porno que encarnamos, de modo que podemos acomodarnos al que tenga una polla más parecida a la nuestra o fantasear con tener el rabo de Chris Diamond o la musculatura hercúlea de Rob Diesel.

Tienen vídeos que se ven a 120 grados, a 180 y a 360; vídeos que tienen movimiento por parte del actor POV y vídeos que son del todo pasivos y la chica hace el trabajo; tienen incluso algunos vídeos compatibles con vaginas en lata pensada para la realidad virtual y el cibersexo como Lovense o Kiiroo; y sobre todo tienen escenas que no solo viven del gimmick de la VR, sino que también poseen calidad como contenido porno per se.

El soporte técnico es amplísimo, con compatibilidad con todos los aparatos VR del mercado y con cualquier móvil decente que uno pueda combinar con unas gafas cardboard. Quizá les queda mejorar la app, todavía en fase beta, para que además de reproducir, nos permita acceder en streaming a todos sus vídeos sin el tedio de tener que descargarlos al ordenador o el móvil, pero son obstáculos que el nicho de la realidad virtual, y especialmente los chicos de Virtual Real Porn sabrán identificar y solventar. La experiencia compensa, eso sí, cualquier desventaja.

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