El año pasado empezamos a lamentar la cada vez menor aportación de la otrora providencial cantera húngara del porno, y parece que la realidad o el karma se empeñan en llevarnos la contraria con una nueva y refrescante oleada de señoritas llegadas desde Budapest. Hoy gracias a Bangbros y Public Bang tenemos un ejemplo especialmente jugoso: Ria Rodriguez aporta el exotismo clásico y la sensualidad animal de la etnia gitana de Europa del Este y la capacidad de cabalgar rabos, dónde y como sea, de las damiselas más libertinas del Viejo Continente.

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