Ya hemos comentado en alguna que otra ocasión que lo de la australiana Savannah Bond ha sido como una especie de tuneado generalizado para convertirse en una mujer maciza cincelada para la exclusiva tarea de follar ante las cámaras. El resultado salta a la vista, una verdadera bomba sexual que no solo puede presumir de fachada, como algunas compañeras de oficio, sino que a su llamativo y espectacular chasis le da la briega sexual que cabría esperar, con una especial predilección por alojar vergas de todos los colores en su prominente retaguardia. Recordemos también que hace unos meses nos sorprendió con otro avance más en su carrera en forma de una primera y exigente DAP interracial que solventó con aparente facilidad, como podemos ver en segundo documento de hoy.
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