Jane Wilde es la prueba viviente y fehaciente de que no hace falta ser un pibón para complacer totalmente a un hombre. Y es que la señorita Wilde no es especialmente atractiva, mide apenas un metro y medio y tiene cara de una eterna y traviesa adolescente. Pero lo cierto es que a la hora de follar hace honor a su apellido, y su predisposición para filmar porno duro es inconmensurable, como ha demostrado a lo largo de su carrera, derrochando actitud a raudales. Por ejemplo, en la siguiente escena en clave casera aparece sin maquillar, con ropa poco sexy de andar por casa y con gafas grandes de chica nerd. Pero no importa, una vez que comienza el juego sexual y se baja los pantalones cortos para mostrar un plug anal dentro de su cavidad trasera, el ambiente se empieza a caldear hasta límites insospechados, y ya no cambias a la pequeña Jane ni por Miss Universo.
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