Por lo general, los hombres nos dejamos llevar más por el “aquí te pillo y aquí te mato” en cuestiones de alcoba, y las mujeres prefieren emplear más tiempo en los prolegómenos, aunque eso sí, hay de todo en la viña del Señor, y las generalizaciones las carga el diablo. Sea como fuere, la segunda opción, es decir, hacer un ejercicio de contención, digamos, e ir caldeando el ambiente poco a poco y sin prisas suele llevarnos a un clímax apoteósico, con fuegos artificiales incluidos. Por supuesto, esto se puede extrapolar al sexo en solitario mientras se visualiza porno, donde el juego y la recreación también pueden estar presentes para que el punto culminante del autoerotismo sea más placentero. Una buena alternativa son los metrajes de Pure Taboo, en los que la tensión sexual se masca en el ambiente y va in crescendo, más aún si la escenas las protagonizan chicas ultramorbosas como Alina López, que, además, nos parece de las actrices más brillantes en las secuencias con diálogos.
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