A veces en el porno no encontramos con escenas increíbles que nos dejan ojipláticos. Un buen ejemplo es este encuentro sexual entre una rubita escuálida y frágil y el gigantón afroamericano Dredd, dueño de un manubrio negro de más de 30 centímetros. Pues bien, lo que a priori podría parecer un empalamiento brutal, a la postre la rubia menuda aguanta de manera asombrosa las embestidas de una pollas bastante más grande que su antebrazo. Sin duda, una campeona.