Bonito oficio el de la jardinería: regar, podar, arar, sembrar y, se tercia, follar con la flor más bella del jardín. Es decir, la dueña de la casa, como es este caso, una rubia impresionante, que hace que cualquier flor masculina se descapulle deseando entrar en un coño palpitante. Qué bonita es la primavera a tu vera.