Esta preciosa pelirroja de cuerpo perfecto es tan promiscua que basta con coincidir con ella en un ascensor de un hotel, caerle bien y abrirse de piernas a las primeras de cambio. Desconocemos si ninfomanía o es que está más cachonda que una gata en celo, pero la chica se entrega al cien por cien en la habitación de un hotel con un tipo con suerte que acaba de conocer.