Hay trenes que solo pasan una vez en esta vida, por lo que hay que aprovechar todas las buenas oportunidades que surgen. Así lo piensa este chico, que vio como su hermanastra tenía la cabeza atrapada en la lavadora, y se dijo a sí mismo esta es la mía. Así que le bajó las bragas y se la folló a cuatro patas hasta correrse. Lo mejor de todo es que a la hermanastra le gusto de lo lindo el polvo robado, por lo que es muy probable que de aquí en adelante se abra de piernas muy a menudo.