La escenas POV, es decir, las escenas inmersivas con planos subjetivos son ideales para meterse de lleno en la escena, puesto que vemos a la chica desde la óptica del amante que se la está follando, por lo que la fantasía resulta más real. Esta sensación de realismo aumenta aún más cuando la chica cabalga sobre nuestro miembro, y el morbo aumenta aún más si cabe cuando la chica es una tetona ninfómana de ensueño.