Nos hace gracia la nueva ola victimista de chicas que se consideran feministas que no tienen ni pajolera idea de nombres tan célebres del movimiento como Simone de Beauvoir. El caso es que cada persona establece sus límites en cualquier ámbito y, por supuesto, en el sexual también. ¿O es que tenemos que considerar abuso sexual a las prácticas sadomasoquitas o al BDSM? Este documento evidencia que esta chica disfruta de lo lindo con prácticas que para cualquier otra persona serían vejatorias, pero el caso es que a ella le encanta someterse a tales situaciones. En el momento que se empieza a coartar los gustos ajenos, entramos en una deriva arbitraria que nada tiene que ver con la igualdad entre géneros.